A la llegada de los españoles a Chile, en especial al valle central, éstos se repartieron los caseríos indígenas mediante las encomiendas y se apropiaron de los campos a través de las mercedes de tierra. Así, los gobernadores y el Cabildo fueron otorgando amplias extensiones de tierra con límites vagos e imprecisos, que dieron lugar a las estancias. En las serranías de la Cordillera de la Costa existieron estancias de gran importancia como las de Til Til, Las Palmas, San Pedro, Caleu, El Almendral. Su importancia radicaba en su riqueza minera, encontrándose en ellas yacimientos de oro, plata y cobre.
La Corona nombraba un Alcalde Mayor de Minas, el cual tenía como obligación supervisar el funcionamiento de aquellas minas entregadas en concesión. Cuando los minerales no eran explotados como se debía y las minas eran abandonadas, éste tenía el poder de requisarlas y concederlas a otras personas. Llevada por la ambición, la gente denunciaba la no explotación de minas para pedir su concesión, por lo cual las propiedades se encontraban en continuos litigios. La materia prima obtenida de la explotación se llevaba a un artificio, siendo el más importante el de la Hacienda de Catemu. Posteriormente, estos productos se enviaban a España.
Según archivos de la Real Audiencia “en 1603 el Reyno hizo merced de las tierras de la estancia de Til Til al Capitán Gonzalo de Salas, Bartolomé de Rosas y después a Fernando Cortés Hidalgo”. En esa época, Caleu se encontraba en el camino que unía Santiago con Valparaíso, el cual “partía en Santiago utilizando el Camino de Chile y se desviaba al poniente en Til Til y luego de pasar por Caleu y la cuesta de La Dormida llegaba al puerto”.
En 1724 se nombran como dueños por décadas de “los potreros, lomas y serranías que hacen de el cerro que llaman Garfías como asesorial de la estancia de Caleu, al Capitán Salvador de Leyba y don Francisco Hidalgo y a sus padres y a sus abuelos”.
En esta hacienda y sus territorios contiguos existían minas y lavaderos de oro, los cuales eran motivo permanente de pugnas y disputas entre los lugareños. Vicuña Mackenna escribió: “han existido ricas minas de oro en la aldea de Caleo situada en una meseta al pié del cerro del Roble entre Til Til y Llay Llay. Hoy mismo venden sus habitantes un poco de oro a la moneda con el nombre de oro del Roble”.
“A mediados del siglo XVIII dos aventureros españoles, Miguel Allende y Francisco Astorga, obtuvieron concesión para explotar minas de oro en Caleu. Allí trabajaron, se hicieron ricos y construyeron sus casa, trajeron hasta el valle una población de mineros y lograron las minas de oro mejor explotadas de la época.”
A principios del siglo XIX habría comenzado el proceso de subdivisión de las tierras entre los herederos. Según notas de la Capitanía General, en 1803 existían litigios entre los Astorga y los Leiva, por lavaderos de oro y pertenencias de la hacienda de Caleu.
Se podría decir entonces que la aldea de Caleu nació por la atracción que produjo la hacienda del mismo nombre. Las haciendas de la época atraían a mucha gente, dado que allí encontraban alimentos, protección y servicios religiosos. El factor religiosos fue muy importante, debido a la existencia de la capilla, construida a fines del siglo XVI o principios del sigo XVII. Hasta el día de hoy, al poblado central se le conoce con el nombre de “Capilla de Caleu”. Esta capilla fue el patrimonio histórico, cultural y arquitectónico más importante del lugar, pero fue demolida debido a los daños causados por el terremoto del año 1965.
Cuando sobrevino la guerra de la independencia en el siglo XIX, terminó casi por completo la actividad minera. Luego de la derrota de los españoles en la batalla de Chacabuco, se cuenta que algunos huyeron por Chicauma para salir a Valparaíso, dejando tapadas las minas y llevándose el oro que pudieron cargar. Otros se quedaron escondidos por los cerros y terminaron por asentarse en lugares que les ofrecieron mayores seguridades y posibilidades de supervivencia, como el escondido valle de Caleu.
Fuente: "Guía de Campo: Caleu y el Cerro el Roble" de Andrés Moreira.
https://www.ecoaldeaandalican.org/
Aporte de Mario Arturo Garfias
Estimado:
Antes de todo, mis felicitaciones por su sitio.
Luego quisiera hacerle notar que dentro de los cerros que rodean a Caleu se señala el cerro "el Garfio" y luego en la página de Historia de Caleu se hace referencia a los deslindes de la estancia Caleu, en donde se señala:
"En 1724 se nombran como dueños por décadas de “los potreros, lomas y serranías que hacen de el cerro que llaman Garfías como asesorial de la estancia de Caleu, al Capitán Salvador de Leyba y don Francisco Hidalgo y a sus padres y a sus abuelos”.
De tal forma el cerro que aparece como "El Garfio", en realidad se llama "De Garfias", según consta además en el libro Anales de la Universidad de Chile, Tomo XV, de 1858.
Espero que estos antecedentes puedan aportar precisión en esta materia.
Atentamente.